Que Mad Max hubiera de poner punto final algún dia a la dominación aplastante de Mercedes en la era turbo-híbrida era algo que no se pagaba bien en las casas de apuestas. Quizás la forma en la que sucedió fuera lo discutible o polémico, pero no desde luego lo injusto o inesperado.
Acabando 1º o 2º todas las carreras, lo normal es que hubiera ganado el campeonato a un par de pruebas del final. Si el campeonato se decidió por tercera vez en la historia en la última vuelta, se debió a una concatenación de sanciones y no-sanciones de los comisarios de carrera a lo largo de la temporada, la superioridad de la unidad de potencia de Mercedes y las manos de Lewis que aparecieron a mitad de verano para luchar contra su inevitable sucesor.
Cualquiera de los dos habría merecido ganar el mundial, pero lo que no se puede hacer es poner en duda el resultado final basandolo solo en la primera o en la última vuelta del GP de Abu Dhabi según mas le convenga a uno. Max resultó ser el afortunado y si analizamos toda su temporada, lo que no se puede hacer es acusarle de ser inmerecido. El holandés ya confirmó que el morro de su Red Bull llevará el 1 y no el 33. Ya era hora que la Formula, llevase el 1.
Lewis resultó deportivo en la derrota, tal vez solo gracias a su padre, que no por su hermano o entorno. Y tal vez solo lo fué hasta antes de la rueda de prensa post-carrera, a la que no acudió. Tiene derecho a pensar lo que quiera, a tomarse unas vacaciones y hasta a guardar silencio. Pero se equivoca si se cree que solo él escribe la historia de la competición. Preferiria que siguiera; se enfrentaria con 37 años al reto mayúsculo. Pero si no lo hace, habrá gente dispuesta a matar por su volante y a demostrar como hizo Russell la temporada anterior en Bahrain, lo que se puede hacer con un Mercedes en la pista. Desde luego George, lo demostrará también este año.
Si hay verdaderamente un malo tonto en esta película, ese es Toto Wolff. Convertido en carne de meme, con sus constantes intervenciones en la radio tratando de presionar a dirección de carrera como si fuera un arbitro de primera regional, se ha puesto en ridículo, ha puesto en ridículo a Mercedes realzando de paso la imagen de Red Bull y ¡cuidado! ha puesto en ridículo a la FIA. No sé que ocurrirá con Michael Masi, pero parece que van a tomar (y deberían) cartas con el asunto de las comunicaciones entre los jefes de equipo y dirección de carrera.
Sigo en mis trece de que el 90% de las discusiones, diferencias de criterios, criterios que cambian de una carrera a otra y protestas se irian al garete de no ser por el principal culpable: Los límites de pista. si quitas los límites imaginarios o pintados por rayas y pones unos físicos de verdad… No hablo de pianos altos que generen accidentes como los de la chicane en Monza. Hablo de grava y arena. Se acaban los problemas. Fernando ya denunció esto troleando a diestro y siniestro en la salida del GP de Rusia, saltandose la primera chicane, harto de las diferencias de criterio.
Tenemos por cierto nuevo presidente de la FIA, Mohammed ben Sulayem, que sucede a Jean Todt después de agotar su último mandato. Será el primer árabe en tomar el cargo. En sus primeras declaraciones ha dicho que quiere hacer el mundo de la competición más accesible a los jovenes pilotos. Veremos. No solo de carreras va el cargo de presidente de la FIA.
De lo que es seguro, es que esta temporada 2021, ha sido lo mas intenso desde que Ayrton y Alain se partieran el alma a cara de perro hace tres décadas. Liberty Media por fin parece haber visto la luz al final del tunel de numeros rojos y se frotan las manos especulando con cuantos millones de nuevos aficionados han pescado (y repescado) para la causa. Netflix se frota las manos preparando su nueva temporada de Drive to Survive. Y los aficionados nos las frotamos, o al menos especulamos si el reglamento de 2022 abrirá el juego a mas equipos. Huelga decir que Charles, Carlos, Lando, Daniel y compañia también lo esperan.